Junio 2 de 2011
La era de los nativos digitales
Con todo a un clic de distancia, los nativos digitales son consumidores activos de contenidos: crean información, mandan videos, editan y están interactuando constantemente con la tecnología. Conozca en qué consiste el término “nativos digitales”.Se habrá dado cuenta de la diferencia que existe entre la forma como sus hijos hacen uso de la tecnología y la forma como usted se apropia de la misma. Mientras que con una destreza única ellos se conectan a Messenger, entran a Facebook, Twitter, bajan un video por YouTube, descargan varias canciones y hacen sus tareas, usted apenas está aprendiendo a utilizar uno de estos programas.
Con todo a un clic de distancia, los nativos digitales son consumidores activos de contenidos: crean información, mandan videos, editan y están interactuando constantemente con la tecnología. Conozca en qué consiste el término “nativos digitales”.
Se habrá dado cuenta de la diferencia que existe entre la forma como sus hijos hacen uso de la tecnología y la forma como usted se apropia de la misma. Mientras que con una destreza única ellos se conectan a Messenger, entran a Facebook, Twitter, bajan un video por YouTube, descargan varias canciones y hacen sus tareas, usted apenas está aprendiendo a utilizar uno de estos programas.
Una generación nueva, una manera diferente de pensar
Justamente en esto consiste el término nativos digitales. Ésta es la generación que ha crecido con un celular en la mano izquierda y un mouse en la mano derecha. Por haber nacido en un entorno tecnológico, han desarrollado capacidades asombrosas a la hora de manejar la tecnología y la forma cómo piensan se distancia de la forma en que sus padres lo hacen.
Nacidos a partir de los 90, estos niños son creadores constantes de contenidos y odian la secuencia lineal de la información. Se han formado con una noción clara de hipertexto y se interesan más por intervenir en los procesos de creación de conocimiento. Por esto, constantemente están generando contenidos a partir de las herramientas tecnológicas que les brinda la Web, por ejemplo.
Destreza informática
Siendo adolecentes, los nativos digitales manejan dispositivos que hasta hace poco sólo estaban al alcance de una persona de treinta años. Entonces en los colegios se ven cómo algunos profesores le enseñan a sus estudiantes contenidos que ellos aprendieron durante la universidad.
De ahí nace la diferencia entre nativo digital e inmigrante digital. Éste último es aquel que se ha apropiado de la tecnología y se ha adaptado a la misma. En este caso todo aquel nacido antes de la década de los noventa.
Diferencias significativas
Existen algunos casos que hacen evidentes las diferencias que existen entre usted y sus hijos a la hora de hacer uso de la tecnología. A continuación, descubra algunas de las más importantes.
- ¿Ha notado que la ortografía de sus hijos es casi que un código impenetrable para los adultos? Estudios recientes afirman que el 96% de la población juvenil tiene un celular. Es así como las formas abreviadas de escribir palabras son originales de esta generación. Entonces, en vez de escribir también escriben tm, o bien se abrevia a bn.
- La rapidez con que se pueden teclear mensajes por celular con una sola mano hace la diferencia entre un inmigrante digital y un nativo digital. Si usted hace el intento, verá cómo un pequeño de esta nueva generación escribe un SMS en casi la tercera parte del tiempo que a usted le tomaría hacerlo.
- La manera de utilizar la mensajería instantánea también hace la diferencia. Los nativos son capaces de manejar 10 diálogos diferentes al mismo tiempo. Los inmigrantes por el contrario, tienden a llevar una conversación completa con una persona antes de pasar a la otra.
- En materia de información, los blogs por ejemplo, para los inmigrantes son un instrumento para compartir conocimiento. Los nativos los prefieren para compartir emociones. Ya se han convertido en un aspecto de la vida cotidiana y por medio de la Web hacen amigos, encuentran empleo, compran y venden y hasta buscan pareja.
- Su relación con la información es diferente. Mientras que para usted es de vital importancia guardar cualquier tipo de conocimiento, los nativos se ven en la necesidad de compartir y distribuir toda la información que adquieran.
- En cuestión de juegos electrónicos las cosas también son diferentes. Hoy, éstos son complejos, implican la participación y coordinación de decenas de jugadores como se puede ver en los juegos de rol en línea. Quienes juegan hoy están en la capacidad de crear situaciones, entornos, universos y hasta juegos enteros.
No cabe duda de lo sorprendente que es la manera en que los niños de esta nueva generación se consolidan como nuevos generadores de contenidos y de conocimiento. El entorno en el que han crecido los ha convertido en agentes activos de la sociedad preocupados por crear información.
Su forma de pensar es tan diferente, que se habla de una generación que ha empezado a adoptar formas de vivir e interactuar distintas a las tradicionales. Es así como la web o los famosos gadgets tecnológicos contienen todo lo que ellos necesitan para vivir. Desde ahí trabajan, estudian, mantienen sus amistades, se informan y distribuyen contenido. Así son los nativos digitales.
Si sus hijos son nativos digitales asegúrese de guiarlos correctamente. No olvide que aunque la tecnología facilita y construye conocimiento también puede ser un arma de doble filo. Expertos coinciden en asegurar que ésta se ha convertido en la generación de cortar y pegar, la Red se los ha dado todo y han perdido la capacidad de estudio, investigación y reflexión. Recuerde que el éxito está en mantener el equilibrio.
Abril 29 de 2011
Should we buy expensive wine?
"But here’s the flaw with this approach: The taste of a wine, like the taste of everything, is not merely the sum of that alcoholic liquid in the glass. It cannot be deduced by beginning with our sensations and extrapolating upwards. This is because what we experience is not what we sense. Rather, experience is what happens when our senses are interpreted by our subjective brain, which brings to the moment its entire library of personal memories, wine shop factoids and idiosyncratic desires. As the philosopher Wilfrid Sellars pointed out, there is no reasonable way to divide sensory experience into what is “given to the mind” and what is “added by the mind.” (Sellars referred to this as the “Myth of the Given.”)"
Abril 18 de 2011
Segmentación - Eternos adolescentes
TENDENCIA Un nuevo 'best seller' gringo denuncia que los hombres no están madurando al mismo ritmo de las mujeres.
Sábado 26 Febrero 2011
Todo el mundo sabe que las mujeres maduran mucho más temprano que los hombres. Pero un nuevo libro asegura que, tal y como están las cosas en este momento en las sociedades occidentales, es muy probable que ellos nunca logren crecer. En Manning up, lo que traduciría algo así como 'Volverse hombre', Kay Hymowitz, investigadora del Manhattan Institute for Policy Research, afirma que la aparición de las mujeres en el campo laboral ha hecho que ellos prolonguen su adolescencia indefinidamente. Son tipos entre 25 y 35 años que se divierten en las noches jugando PlayStation con sus amigos, que tienen pósteres de Star Wars en su cuarto, que van al trabajo en bicicleta y que no quieren compromisos sentimentales porque están 'casados' con su carrera. "Viven en un limbo entre la adolescencia y la edad adulta". Y aunque algunos han sucumbido al matrimonio, no necesariamente su estado civil los vacuna contra la inmadurez.
A este limbo ella le llama preadultez, y asegura que la presencia de esta nueva etapa en la vida de las personas está marcando un hito demográfico en Occidente, tal y como lo hizo a comienzos del siglo XX la introducción del término adolescencia, con el que se llamó al fenómeno social de la extensión de la niñez.
No hay duda de que el preadulto sufre el síndrome de Peter Pan, un fenómeno del que se viene hablando desde hace dos décadas. También está claro que de esta situación no se escapa ninguno de los dos sexos. Pero lo novedoso es que, según la autora, entre los preadultos las mujeres hoy llevan la delantera. Ellas son mayoría en las universidades, acumulan mejores promedios, viven más experiencias extracurriculares, tienen mayor confianza en sí mismas y más planes para su futuro. En contraste, los hombres son burdos, se rigen por la ley del menor esfuerzo y tienen poco interés en madurar. "Es una inversión radical de la jerarquía de los sexos -dice-. Uno es flojo, crudo e inmaduro y el otro es inteligente, ambicioso y sólido".
Aunque la autora aclara que no todos son así, para ella hay una preocupante cifra de hombres que están desubicados por esa incursión de las mujeres en el campo laboral y por su determinación en alcanzar una carrera. Dicha situación está acelerando la aparición de muchos más Peter Pan en el sexo opuesto. "El hombre preadulto es como un actor en un drama en el que él solo sabe lo que no debe decir", dice. Agrega que además de competir en un mercado laboral difícil, no puede ser muy mandón ni muy seguro; debe ser sensible, pero no muy paternalista y ser inteligente, pero no arrogante. Sus amigos y consejeros son gente como él, que están en lista de espera para entrar a la edad adulta pero, paradójicamente, viven a gusto en ese limbo.
Aunque muchos explican que el alargue de la adolescencia se debe a que los hombres encuentran más placentero vivir en el 'hotel mamá' que salir a afrontar responsabilidades de la vida, Hymowitz revela que en realidad los preadultos existen debido a cambios profundos en la economía. La primera de estas transformaciones es la idea de que la educación universitaria es crucial para lograr cierta estabilidad económica. El eslogan de la economía del conocimiento, como ella la llama, es que "los buenos puestos son para aquellos que tienen diplomas". Pero obtenerlos lleva tiempo, a veces toda una década, según la carrera. Y así como la adolescencia, la preadultez es un fenómeno de las clases pudientes en las sociedades occidentales. Muchos de ellos, incluso, se van de la casa y viven solos porque tienen recursos para hacerlo.
Aunque muchos explican que el alargue de la adolescencia se debe a que los hombres encuentran más placentero vivir en el 'hotel mamá' que salir a afrontar responsabilidades de la vida, Hymowitz revela que en realidad los preadultos existen debido a cambios profundos en la economía. La primera de estas transformaciones es la idea de que la educación universitaria es crucial para lograr cierta estabilidad económica. El eslogan de la economía del conocimiento, como ella la llama, es que "los buenos puestos son para aquellos que tienen diplomas". Pero obtenerlos lleva tiempo, a veces toda una década, según la carrera. Y así como la adolescencia, la preadultez es un fenómeno de las clases pudientes en las sociedades occidentales. Muchos de ellos, incluso, se van de la casa y viven solos porque tienen recursos para hacerlo.
Y una vez tienen los títulos necesarios para surgir, los preadultos se enfrentan a otro cambio, que es el camino por el mercado laboral, el cual hoy es más laberíntico que antes debido a que la revolución digital ha creado muchos nuevos puestos, creativos y glamorosos, pero también muy competidos. Un estratega de comunicaciones, un microbiólogo genetista, un administrador de capital humano, un desarrollador de aplicaciones o un consultor ambiental, entre otros, no se hacen así no más, sino que requieren de mucha movilización del preadulto entre la universidad y las empresas. "Este grupo trabaja, vuelve a estudiar, viaja, regresa a la fuerza laboral para lograr la satisfacción en su vida profesional. No solo buscan un puesto, sino una carrera", dice Hymowitz. En ese contexto, casarse y tener hijos, que eran los hitos que marcaban el ingreso a la edad adulta, hoy están fuera del panorama de los preadultos, quienes aun a los 30 años todavía se están preguntando qué quieren hacer con su vida.
Lo anterior lleva a otro cambio y es que el guion que los hombres tenían que seguir se ha borrado por completo. En 1970, ellos tenían claro que iban al colegio, luego a la universidad y después se casaban, conseguían un puesto en una empresa, tenían hijos y envejecían. Ese camino los llevaría a la madurez tarde o temprano. Hoy, dice Hymowitz, los preadultos no saben cuál es el próximo paso que hay que dar, sino que cada uno escribe su propio guion, en el que pueden incluir o no casarse y tener hijos. En este nuevo escenario, los hombres preadultos tienen más posibilidades de conocer parejas, lo que a veces lleva a buscar tanto que nunca terminan por definirse del todo por una en especial. Esta falta de guion ha desubicado a los hombres sobre su rol social. El papel antiguo del macho proveedor y protector de la mujer y sus hijos ya no es necesario en el contexto de las mujeres autosuficientes.
En los departamentos de mercadeo de todas las compañías los adoran porque encontraron un segmento de consumo interesante. La cultura de revistas, películas y videojuegos existe gracias a ellos y les está ayudando a promover su estilo de vida descomplicado y sin compromisos. La autora pone como ejemplo la revista Maxim, que es la Playboy de los preadultos. Con artículos tipo 'Cómo hacer que su novia piense que la muerte del gato fue un accidente' o '20 personas con las que odiaríamos tener una cita', los hombres de treinta y tantos ya no se sienten solos. Las películas de Adam Sandler, una de las estrellas más exitosas de Hollywood, están hechas en su mayoría para complacer a la audiencia de hombres preadultos. Lo mismo sucede con series de dibujos animados como South Park, que son exitosas gracias a ellos. Y ni hablar de las consolas de video, que hoy son su mejor estrategia de entretenimiento.
Mientras todo esto sucede, las mujeres preadultas están ocupadas con su profesión y hacen del trabajo el centro de su vida. Quieren ser exitosas e independientes y quisieran casarse con hombres de su talla, exitosos y pilos. Pero no los encuentran y se quejan de ello. Hymowitz enumera una serie de libros y artículos escritos por muchas de ellas que en el fondo se hacen la misma pregunta: ¿dónde están los hombres buenos? La respuesta es que deben estar en sus apartamentos, disfrutando de la vida y del trabajo, sin mayores contratiempos e invirtiendo en productos divertidos. Las mujeres los aguantan por un tiempo, pero cuando a los 35 años su reloj biológico empieza a sonar las alarmas, pues su fertilidad está a punto de acabarse, hacen una crisis. Algunas asumen que ya no tendrán hijos, otras deciden adoptar y, en ciertos casos, las más osadas van a un banco de semen y se hacen un tratamiento in vitro. Todo esto para no tener que lidiar con ese hombre-niño. Según Hymowitz, esas decisiones conscientes de las mujeres solo sirven para que ellos se aferren más a su estado de adolescente permanente. Como dice la autora, "para qué madurar, si nadie los necesita".